11 de mayo de 2007

Protuberante


Yo, realmente, ya no se qué más hacer.
Desde pequeñita me vienen sucediendo cosas de esta índole, de la que los voy a anoticiar a continuación.
Por la calle jamás me gritaron algo como la gente, al menos no diplómaticamente cuando se tratara de un piropo. Vale aclarar que son pocos, muy pocos, escasos, diría yo.

De adolescente mi cuerpo se estiro... para los costados, por lo que la juventud del momento me lo hacia notar al grito de: "¡¡¡GOOORRRRDAAAAA!!!" cuando pasaban en auto cerca y no tan cerca (como se notaría, no?). Igual no reniego de eso: al fin y al cabo, tenían razon.

Como siempre digo, es culpa de mis padres, por abrir violentamente mi apetito a los 3 meses de edad con guiso de arroz (llamado a la solidaridad: Nunca alimenten a sus bebés con comida de adultos; los odiarán de grandes al pasparse la entrepierna al caminar por la playa...). Eso por un lado.

Hasta el día de hoy sigo teniendo la impresión de que cada vez que me gritan algo, están pronunciando esa palabra... Y si no le preguntan a la Titi.

Ahora bien, ¿no sería mejor que el cuerpo fuera tooodo lindo o tooodo feo y no lindo o feo por partes? Digo, para lograr uniformidad (o unideformidad en mi caso). Por qué menciono esto: Cuando una todavía no entiende esto de ser mitad niña, mitad adolescente (época de transicion aún mas violenta que la apertura de mi apetito), tiene que escuchar, encima, un pseudo-piropo de boliche que dice así: "Que linda que sos... (5 segundos de relojeada de arriba abajo) ...de cara..." Claro, en ese momento me dije: "bien, campeona, bien, estás fuerte". Al menos no sufrí como lo hubiera hecho de haber entendido el mensaje subliminal (subliminal??????), que sería el siguente: "nena, sos 3/4 monstruosa".

Y asi crecí, en medio de un huracán de frases de este estilo. Hasta que una crece y va tomando forma. No te digo que una toma la forma de un jarrón de la dinastía Ming pero al menos una deja de considerarse amorfa (o pochoclo, que vendría a ser lo mismo). Aun así, nunca fui depositaria de dulzura, calidez o como dije al principio, diplomacia. Hace un tiempo fui a un after office y un viejo apendejado, de esos que dan penita, le dice al compañero, otra penita igual que él, mientras me tocaba el pelo: "¡¡¡MIRAAAAAAA!!! ¡¡¡Qué morochaza infernaaaalllll!!!!!!" Pudo haber sido pior, lo admito, pero también pudo haber sido mejor. Lo mismo con un viejo de acá la esquina del trabajo (o laburo, como dicen los jóvenes) que hace no mucho batió: "¡¡¡AAAAHHHH!!! (sí, así con voz bieeeennn de Rolo) ¡Qué CACHO de morocha!". Se agradece, don. Pero, me pregunto, ¿no podría haberlo dicho de otra manera? No pretendo que me digan "Adios lechuguita fresca para este canario goloso" como una vez le dijo un gordo a mi mamá pero algo sin voz de Rolo, que me haga pensar que quien pronuncia las palabras es un adonis, qué se yo... Además, ¿¿¿es muuuucho pedir que alguna vez me piropee un muchacho de menos de 50???

A que voy con todo esto... Hoy terminaron de rematarla. Vengo caminando jovialmente, tal vez meneando un poco de más las pompis (no adrede, claro, pero los tacos implican un sarandeo extra) y de atrás escucho: "florrrrr de culo, eh!". Realmente, yo ya no se qué más hacer. A la legua este último no sólo no fue un piropo, sino que vino con la clara intención de que yo escuchara y me hiciera cargo. Claro que me hice cargo, asumí mi propio baúl, coloradísima pero lo asumí como una duquesa. Me di media vuelta, miré para ver quién había sido (no lo encontré, claro), y tropecé con una baldosa floja. Casi mastico un poco de piso pero por suerte solo tambaleé. Obvio, de fondo se escucharon las risas pertinentes al caso. Y encima mi jefe que me trata de retardada.

¿Cuál es la moraleja de esta historia? A saber:

COMÉ HASTA EXPLOTAR, LUEGO APLICÁTE EL CINTURÓN GÁSTRICO Y ¡CHAU PANZA! ¡AH! Y POR LO DE TU JEFE QUE A VOS TAMBIEN TE TRATA DE RETARDADA/O, GUARDA TODOS LOS MAILS ASI PODES CAGARLO COMO YO. (me habrá odiado, pero me saqué las ganas... piscuí)

Bueno, una tarde más en que reina el ocio y mis ideas inquietas queriendo ver la luz del monitor.

Cuando tenga algo más para contar, lo haré, sin previo aviso.
Besos y cordialidades a todos.