5 de febrero de 2008

DIARIO DE VIAJE (Sudáfrica 2008)


Viaje a Sudáfrica & Mauritius


22-01-2008, 11:35 a.m. Casi 2 horas de espera. Horario de embarque: 13:10 hs. Horario de salida del vuelo: 14:10 hs. Número de vuelo: 8019 de TAM.
Estoy ansiosa, finalmente llegó el día tan esperado! Hoy me desperté muy temprano, a las 7:30, porque ya tenía al sol asomando por mi ventana y la verdad, no tenía mucho sueño como para continuar con las caricias de las sábanas.
Salí de la cama, tomé un té, me duché y dejé todo preparado para salir rumbo a Ezeiza. Heme aquí. Argentinos, Brasileños, Yankees, Españoles, Ucranianos, Ingleses, Franceses, de todos los rincones del mundo se aprestan a abordar el vuelo que los devuelva a casa, el que los lleve a unas hermosas vacaciones, el que los conduzca a un estresante viaje de trabajo.
El aeropuerto es un mundo aparte y se ven caras de todo tipo: lindas, feas, alegres, tristes, de acá, de allá, re de acá, recontra de allá. Lo más interesante, sin embargo, es mirarse a uno mismo. Hago la prueba, ¿qué sale? Una cara redondita con cachetes rozagantes de entusiasmo, alegría, ansiedad y con la belleza de un espíritu que sólo desea ser feliz y que sonríe por saber las hermosas vacaciones que la aguardan del otro lado del charco. A mi lado, mi mamá. Un ser maravilloso, único, iluminado. ¿Su cara? Feliz, algo preocupada, con una pícara sonrisa por saber que somos dos niñas que dan su primer pasito solas en este mundo de los aviones, check-in’s, migraciones, puertas de embarque, etc. A su lado, mi hermano. Diego se muestra algo preocupado, también. Teme que nos perdamos, que nos garquen, que no sepamos desenvolvernos ¡No sabe aún quienes somos! Pero firme siempre junto a nosotras, dándonos todo su apoyo y contención. Es un sol que brilla con toda la fuerza. Y así, con estas caras, nos quedamos esperando nuestro turno de embarcar, dentro de una hora y moneditas. Hasta entonces.

Momento del embarque: Anécdotas
1) La siempre-a-flor-de-piel simpatía de mami se exacerba en sus momentos de nerviosismo y destaca entre los entrecejos fruncidos de los empleados de Aeropuertos Argentina 2000. Ella conversa y busca la complicidad de todo el mundo a la hora de hacer algún comentario irrisorio. Ejemplo: “Vamos a embarcar por esta puertita porque este muchachito tiene cara de bueno”. Observación: Este comentario fue proferido a medio metro del muchacho en cuestión, como para que escuche. El muchacho bueno no dice ni mú, no se hace cargo del comentario y nos deja pasar, luego de mirar nuestro ticket de embarque. No obstante ello, mi madre no se rinde y deja aflorar un segundo intento con una amplia sonrisa en su rostro: “¡Viste que era bueno el muchachito! ¡Pasámos re-rápido!” Observación: Antes de pronunciar palabra, mi madre se aseguró que sus ojos encontraran los del muchachito. Los encontró. Habló. ¿El muchachito? Ni pelota.

2) La sospechosa de siempre, mami. Esta vez, el scanner. Pasamos nuestros bolsitos de mano, todo ok, ningún problema. Pasamos nosotras, le suena la alarma a mamá. Para qué… Nervios evidentes (aclaro, se abren los ojos grandes, se empieza a mover más aceleradamente, se siente terrorista). Sin decir nada, seguridad la revisa. No encuentran nada, “Adelante, señora”. Pero mami, en su eterna e infantil curiosidad, además de querer limpiar su reputación de no-terrorista, suelta la siguiente pregunta: “Disculpen, chicas, ¿qué fue lo que hizo sonar la alarma? ¿los aritos, la cadenita, algún anillo?” A lo que una de las “chicas” de seguridad respondió: “se, se, algo de eso seguramente” y procedió con el siguiente pasajero. La agarré del brazo y la hice caminar conmigo pidiéndole encarecidamente que preguntara menos y agilizara más. Obvio, se enojó: “dejáme ser como soy, hijita!”. Ok, ok, te dejo… hasta la próxima vez que me salten los tapones!

3) ¡Pasé por el free-shop y no me compré nada! Hurray for me!!

3:15 p.m. ¡Estamos sobrevolando las nubes! Mis ojos, agradecidos. Salimos con 40 minutos de demora, lo cual me puso ansiosa por la conexión que tenemos que hacer y la poca diferencia horaria entre un vuelo y otro. Por ahora, disfruto del viaje, de lo hermoso y vertiginoso de sentirse dueños del aire, como con alas propias. Volar es soñado pero aún así, ¡siento mi estómago con la consistencia de una roca!
Gracias a Dios, nos tocó un día hermoso, un sol radiante ilumina nuestro camino.

6:56 a.m. (South African time) Estamos a ½ hora de nuestro primer destino: Johannesburg. Lo que comí en este tiempo de viaje NO TIENE NOMBRE!

En los vuelos: Anécdotas 2

1) Cuando estoy entusiasmada por algo, como por ejemplo el carreteo del avión antes de despegarse del suelo, me transformo en lo más parecido a Corky, derrochando felicidad por cada uno de mis poros y con la nariz aplastada contra la mini ventanita.

2) Por desgracia para mami, tanto en el vuelo EZE-GRU como este último GRU-JNB, dos personas ofrecieron los peores espectáculos que ella pueda soportar, a saber: mujer vomitando y hombre eructando. Todo entendible, claro. La pobre mujer se la pasó devolviendo el viaje entero de BA a Sao Paulo. Se ve que no soportaba los movimientos de ascenso y descenso del avión y un buen hombre cuyas costumbres indican dejar saber cuando una comida le apeteció (esa fue mi inferencia, quizás sólo quiso hacer el provechito post-almuerzo). Lo gracioso en indescriptible fueron las caras de la Clari,, que en todo momento mostró su desagrado con lo que oía. ¡Pero ella no zafó! También ella aportó su granito de arena a esta sinfonía de sonidos intracorporales, tipo instrumento de viento. No hablo de gases, a Dios gracias, pero sí de unos ronquidos propios de un jabalí que en más de una oportunidad son la causa de mi desvelo cuando no lo es mi propia tos.
3) Se me enamoró un aeromozo (ó aeromoco, en brasileño). Era un moreno de South African Airways. Sus palabras, luego de preguntarme “tea or coffee?” fueron: “Miss, you’re very beautiful!” Mi respuesta, claro: “Oh, thank you!”. ¿Se dice algo más? Por las dudas, agradecí, sonreí y miré hacia fuera… Cuando hay intercambios interculturales, muchas veces no sabés cuándo hablás de más, cuándo de menos, cuando hacer esto, cuando no hacer aquello. En fin, un agradable primer encuentro con los hermanos Sudafricanos.

24-01-2008, 9:25 a.m. Bueno, hace ya más de 24 horas que estamos en esta parte del globo. Hoy estoy más relajada; ¡ayer estuve acelerada como nunca! Fuimos al Nelson Mandela Square Mall, el shopping por excelencia de todo Africa, según un empleado del hotel. Es gigantesco, lo admito, pero no me generó demasiada impresión. Con mami nos perdíamos a cada paso, no hacíamos una con la orientación. Encima, cuando llegamos hubo un corte de luz importante en toda la zona por lo que los negocios estaban en su gran mayoría cerrados. Un embole. Los teléfonos no funcionaban, estaba todo oscuro. Miles de hombres de seguridad, eso sí. Por suerte la gente es bastante hospitalaria, amables en general.

25-01-2008, 4:00 p.m. Vamos rumbo al segundo safari! El primero fue durante la mañana, comenzando a las 5 a.m. No pude evitar las lágrimas al ver al león de tan, tan cerca… Es una MARAVILLA… Caminaba hecho un señor, ni se inmutó al vernos, nos pasó por al lado, ni nos miró y se metió en los pastizales. Es un gatito enorme, bien peludo en su melena. Y mete un cachito de miedo, qué va. Los impalas y el búfalo salieron picando cuando lo divisaron. Él los ignoró por completo. “Not interested”, dijo el ranger. “Not hungry”, pensé yo, porque en ese caso nos morfaba a nosotros.

04-02-2008, 10:28 a.m. Casuarina Hotel. Mientras mami se lima las uñas (y se las debe estar dejando triangulares seguramente) yo estoy volviendo a escribir las memorias de este increíble viaje que está a punto de culminar. UFA.
Desde el martes pasado estamos en Mauricio, una paradisíaca isla ubicada al norte de Madagascar, sobre el Índico. De aguas tibias y cristalinas y de gente adorable, este lugar se ganó toda mi admiración por su belleza y calidez. Acá podés descansar, bailar, divertirte, hacer deportes acuáticos, etc. Todo lo que se te ocurra. Nunca pensé que iba a pasarla tan bien. Fui a la playa, nadé en la pileta, fui a bailar (buenísima onda!), hice snorkel, hice parasailing, conocí gente, comí riquísimo, me reí todo el tiempo, tomé sol, fui super feliz!

05-02-2008, 18:44 hs. UFA con HIPERMAYÚSCULAS… Ya estoy en el último vuelo de estas vacaciones, el que nos lleva de regreso a casa desde Sao Paulo. ¡¡Qué hermoso fue todo!!
Últimas anécdotas:

1) Una de las mejores, aunque mejor que contarla, vivirla. ¿¿A quién se le puede ocurrir que pronunciando lento, abriendo bien la boca y modulando letra por letra exageradamente las palabras, la gente que no habla el idioma de uno puede entenderlo/la? Pues bien, a mi madre únicamente. Ejemplo: (a la recepcionista del Kwa Maritane, en Pilanesberg) “ESSSSTAMO’ TRRRISSSSSSSSTE' PORRRRQUE NOSSSSSS TENEMO' QUE IIIIRRR". A lo cual, sigue mi frase ya recontratrillada: “Mami… NO TE ENTIENDE!!!”. ¡Ah! Y lo de mami no son sólo palabras… ¡Viene acompañado de mímica! Digno de ver.

2) Cada vez que se cortaba de luz en el primer hotel (Johannesburg), y aunque fuera de día, todos los empleados negritos se ponían un chaleco amarillo flúo VIOLENTO para que se los viera. ¡Increíble!

3) Para mami, todos los negritos son iguales. Ella no los distingue, yo sí. Cada vez que pasaba uno cerca nuestro en el Kwa Maritane, mami me decía:

- Ese es el que nos llevó los bolsos a la habitación, no?
- No, mami, ese mide medio metro más, ves?
- aaaahhh…

Al ratito:
- Aquel sí es el que nos llevó los bolsos, no?
- No, ma, no ves que ese es el jardinero y la ropa es totalmente diferente a la de los chicos que llevan el equipaje?
- aaahhh…

Una vez más, sin darse por vencida:
- ¡¿Y ése, no es ese?!
- ¡Ayyyy, Dióóóó! ¡No, mami! Dejá que cuando lo vea yo te lo muestro, ¿dale?
- Cuando volvamos, le voy a contar todo a Dieguito para que sepa cómo me shetabas…

La verdad, me siento medio madre de mi madre (salvo por la tarasca…) y como tal, debo decir que la Clari se está portando como una reina. ¡Ahora hasta saluda y agradece en inglés! Dice: “Jaaaaiii!” y “Zenkiuuuuu”. Y cuando alguien se le acerca y le habla en inglés, ella se defiende con un: “No spík in íngli…” Mi madre sí que es un talento.

4) Mis palabras al rechazar algo que los mozos ofrecían, en Mauricio, era: “Pas pour moi”. El oído de mami captaba: “Papi, más!”
5) ¿Cómo pedía mami un té? A saber: “¡Tí, tí, ti…!”