26 de septiembre de 2009

El mundo según Pebe

- ¿Fuiste alguna vez al cine?
- No.

- ¿Fuiste alguna vez a la playa?
- No.

- ¿Fuiste alguna vez vacaciones con tu familia?
- No.

- ¿Fuiste alguna vez de camping?
- No.

Así resumió su vida el joven Miguel. Este muchacho de tan solo 27 años, oriundo de los alrededores de Buenos Aires, con una infancia que prometía muy poco, está encerrado de por vida, por asesinar a una persona de 89 años, en una cárcel de la capital de nuestro país… Está haciendo primer grado en prisión, nunca trabajó, se drogó, atentó contra su propia vida, se la quiso quitar… Este muchacho me llena de tristeza. Como tantos otros. Como Irupé:

- Señoras y señores, muy buenos días. Ante todo quiero pedirles disculpas si con mis palabras ofendo a alguien o si alguien se siente molesto por mi presencia. Mi nombre es Irupé, tengo 26 años y hace 2 años que no consumo. Estuve muy mal pero, gracias a Dios, hoy tengo la fuerza para ser líder de un grupo de jóvenes en rehabilitación y para poder, con mis manos, amasar cada mañana, junto con mi señora, estos alfajorcitos que en cualquier panadería costarían no menos de 6 pesos. Hoy, yo los ofrezco en 3 pesos, nada más. Quien quiera y pueda ayudarme, se lo agradeceré de corazón, porque esto es la comida de mi señora, con quien me caso en Noviembre, y de mi bebita.

Sigo mirando la vida con asombro. Sigo llorando. Sigo emocionándome, sigo riendo, sigo sufriendo. ¿Pedir perdón por adelantado por si molesta ofreciendo unos alfajorcitos? ¿Pedir perdón por molestar con la presencia? Tengo que pensar que somos TAN hijos de puta de hacerle creer a nuestros iguales que son menos? Sí, claro está. Y sigo dándome cuenta de que mis problemas… no existen. Sigo dándome cuenta de que tengo millones de motivos para sonreir y ninguno para llorar. Salvo la impotencia de ver tanta desigualdad, tanto sufrimiento ajeno, y saber que vivo en un país en que la gente es simplemente un número, una “cosita” con poco o ningún valor…

No me banco la hipocresía de nuestros gobernantes. No me banco la hipocresía de los artistas. No me banco la hipocresía de los que dicen que ayudan mientras se abrigan con piel de zorro.

Y sigo viendo tristeza, sufrimiento, del mundano, del vano, del inexistente. Aunque válido! Veo engaños, veo traiciones, veo examenes reprobados, veo torceduras de tobillo. Veo ropa que no combina, veo sueldos que apenas alcanzan y otros que no llegan.

Me rodea gente hermosa… pero no puedo hacer la vista gorda frente a lo que se ve todos los días… Personas. Animales. Por igual. Y no tengo la menor idea de qué hacer para colaborar… Plata no tengo. Trabajo como yegua y mi sueldo a penitas me alcanza para llegar a fin de mes! Y, en conversación con mis amigos y compañeros (y ni siquiera ellos), es moneda corriente, evidentemente. Qué poco alentador, qué doloroso que es. Y tenemos TANTO. Y a la vez tan poco.

Ojalá, ruego, pido a la vida… la situación de un vuelco en algún momento… La gente sea más sensata, haya educación, posibilidades para todos, seguridad, inteligencia! Inteligencia no para saber que dos más dos son cuatro. Inteligencia para vivir, inteligencia para convivir. Eso es lo que necesita la gente. Sabiduría.