¿Qué soy ciclotímica? ¡¿QUÉ SOY CICLOTÍMICA?! ¿Quién dijo eso? Quien haya sido, nunca estuvo tan cerca de la realidad... Algunos odian mi ciclotimia, otros la adoran, otros se ríen de ella, otros le son indiferentes. Ayer hablaba con mi Psicólogo/Psiquiatra (sí, psiquiatra,yyy?!?!?), y cada vez que algún comentario rozaba lo interesante, ¡zas! otra vez la ciclotimia era la razón de mis procederes... que estás bien de a ratos, que estás mal después, que te reís y que inmediatamente después llorás, que tolerás, que no tolerás...
Claro ejemplo fue mi arito, y digo fue, porque fue. Salvo aquellos que tuvieron la dicha de verlo, todos los demás nunca se enteraron de su existencia... (Chicas, iba a ser una sorpresa para cuando fuera a Bahía... pero no llegó). Cuántas veces soñábamos despiertas con ser "rebeldes" y agujerearnos las narinas! Bueno, les hice realidad el sueño, y atenté contra mi cuerpo en un acto vandálico de autoflagelación (según diría mi señora madre): me hice un piercing en la nariz hace un mes. Sí, me clavaron una aguja en la nariz derecha (sí, en una de mis dos naríes) y me colocaron un pequeñísimo arete que, a mi criterio poco objetivo, me quedaba divino. Lo tuve durante exactamente un mes, de 20 a 20, hasta que el 21 a la mañana brotó la ciclotimia por mis poros, me miré al espejo en el baño del trabajo y me lo saqué. La nariz me quedó como un morrón por la fuerza desmedida que apliqué a los tirones, pero por suerte ya está recuperando su formato natural (que tampoco es una maravilla, bah).
Todo en esta vida cumple su ciclo, y mi aro no iba a ser la excepción. Ya cumplió con su misión, ya le pasó el cuarto de hora, ya se le fue el tren, en fin, finíshela, como decía mi papá. Ahora volví a ser la de siempre, naturalmente bella, sin ninguna addenda, aunque si sigo comiendo las medialunas que comí hoy en el trabajo, así como los chocolates Lindt que trajo un lunamielero de por aquí, el aderezo será mi redonda barriga.
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