-"Qué linda que sos... de cara" (y nunca, nunca sufrí de desórdenes alimenticios)
-"Qué bien que te queda la noche" (zapato veloz wannabe Benedetti)
-"¿¿Te dijo 'gorda boluda'?? naaahh, se zarpó... cómo te va a decir 'boluda'??"
(jugando a ser José María Listorti, con un tubo de papel en la mano, buscando similitudes entre gente común y gente famosa)
-(al profesor de Matemática de 2do año, dándole un tubazo en la cabeza) "Woody Allen!"
-(sacándome abruptamente el rollo de papel y devolviendome el golpe) "Mercedes Sosa!"
A una temprana edad, mostrándole a mi hermano cómo se ponían la malla algunas vedettes de la época. Sí, me hice la cola-less, moví el traste como bailando, mi hermano se descostilló de la risa y el maestro mayor de obras de mi casa dijo: "qué bonito, eh?"
"¡Es una reverenda hija de puta!" -dije. Se me fue la mano con el tonito y me llevé la materia a Diciembre. Si no lo hubiese gritado, a lo mejor en mis 5 años de secundario habría estado invicta.
-¡Hola, Floppy! ¿Te acordás de mí, del grupo XXX? -la saludé en el colectivo.
-No... Yo no me llamo Floppy -me dijo, tímida.
Me bajé del colectivo, bordó. Juro que era igual a la otra enanita, Floppy.
-buaaaaaa, buaaaaaaa!!! -lloraba Facu, a sus no más de 3 años, de vuelta de la calle.
-¿¿Qué te pasó, Facu?? -preguntó la mamá
-No sé, se debe de haber golpeado con algo, yo lo vi corriendo cerca de nosotros, seguro se cayó... -dije.
-¡¡NOOOOOO!! Buaaaaaaaaaa!! PATO ME PEGÓ!!
Riiing... riiiing....
-¿Hola? -atiendo.
-Ho-la-se-ño-ri-ta-bue-nas-tar-des.
-¿Hijita, quién es? -pregunta mi mamá.
-No sé, má. Una máquina, debe ser una de esas encuestas...
-Se-ño-ri-ta... Soy-pa-cien-te-de-su-papá, mi-ape-llido-es-Gar-cía.
Ahí lo recordé: el señor tenía una traqueotomía y hablaba por un aparatito. Mi viejo casi me come cruda. Yo pedí perdón y a partir de allí lo apodamos "el robotito".
Nos sentamos en un vacío y calentito restaurant de la Isla-Abadía. Miramos la carta. Viene el mozo:
-¿qué quisieran ordenar?
-Nada -dice mi hermano- no nos alcanza la plata.
Nos levantamos y nos fuimos, y el mozo se quedó mirándonos, no sé si con lástima o pensando que lo cachábamos.
Me gustó el último episodio!
ResponderBorrarUna vez presencié algo parecido con un ñato que tenía una traqueotomía. Llamó a mi laburo y la recepcionista, que tenía la constumbre de atender con el altavoz, se ve que, para que no se sintiese mal el hombre, y en un claro gesto de pelotudez propia, empezó a hablar más o menos como el tipo (ella alega que fue instintivo), el cual terminó la conversación con un tajante "y podés irte un poco a la reputísima madre que te parió".
ResponderBorrarRealmente fue un momento Kodak.
Lelé: fue TAN vergonzoso. Eramos mochileros, a quien se le ocurre comer en un restaurant cuando se viaja como tal? Por eso y por todo lo demás, es que viví roja la mitad de mi vida.
ResponderBorrarMariano: Momento Kodak si los hay! Mi conversación terminó en mejores términos, debo decir, el señor era muy amoroso. Pero la culpa que me quedó desde entonces no tiene nombre (soy hija de madre católica y muy practicante, imagináte...) y nunca más volví a atender el teléfono en horario de consultorio, me lo prohibieron. Gracias por pasar!
Me mató lo de la enanita.
ResponderBorrarYo tengo un conflicto cuando me cruzo con un enano. Pienso que si lo miro se puede sentir observado, si no lo miro, pienso que se da cuenta que no lo miro a propósito y es peor. Un dilema.
Yo nunca me hubiese animado a hablar con una enanita, ni si quiera con Floppy.
Besos niña!
Pata, sos lo mas!!!! Como me rei!!!! =oD
ResponderBorrarShimmy: Comparto, comparto! Me pasa algo sumamente parecido, me persigo tanto. Y no sólo con enanitos. Pero viste como es una, y le hablé. Con una amiga llegamos a la conclusión de que existe cierto paralelismo entre los enanitos y los chinos: son todos iguales. Y ahora por hacer este comentario me agarró la culpa de nuevo. Beso grande!
ResponderBorrarMarulais: Gracias amiga, pero no es pa' tanto! :D Leéte los blogs de los que comentaron esta entrada y ahí sí vas a leer calidáchi. Besote!!!